Críticas

Los lectores comentan…

Crítica de Gerardo Martín Pujante sobre «Sangre sobre lienzo»

Un doble reto el que has afrontado en esta nueva novela Ángel. En tu empeño por contar historias que remueven por dentro siempre buscas un camino literario que seduzca y atraiga. La trama de esta novela está escrita a ritmo de latidos, con personajes que se sienten incompletos que se saben incomprendidos, les faltan piezas en el puzle de sus vidas y tienen en común ser apasionados, tan determinados como fieles a sus valores. Y en ese juego de personajes que se empiezan a dejar conocer tejes una historia salpicada de arte. Has tenido la intuición de que ese relato que escribiste hace años podía ser más que eso, podía expandirse y ramificarse para construir una historia de doble vertiente. El pasado y el presente… Algo con lo que has jugado con habilidad, sabiendo llevar al lector de una escena a la otra con una sensación de enganche absoluta, con la duda de como se irían destramando ambas historias, pues según avanza la lectura el ritmo aumenta y el drama acecha.

Y el amor siempre como motor que impulsa… Amor al arte. Amor por descubrir inesperado o deseado. Según avanza la historia se va complicando y uno se deja complicar, siguiendo los pasos del Maestro Velázquez, siguiendo las aventuras de Laura y Paco. Sangre sobre lienzo merece ser recomendada, al igual que después de su lectura uno tiene unas inmensas ganas de volver a ir al Museo del Prado y detenerse, abriendo bien los ojos para deleitarse en las obras de Velázquez, pensando en los secretos desvelados en la novela… ¿Cuáles serán verdad y cuáles fruto de la imaginación del Príncipe de las cerezas? Otra duda a resolver. Felicidades Ángel. Un saludo.

Gerardo

Crítica de Gerardo Martín Pujante sobre «Luna de mazapán»

Si cerramos los ojos y escuchamos el silencio… Quizá podamos sentir un soplo de aire cálido. Esa sensación se transmite en las páginas de Luna de mazapán. Aire cálido que provoca, aturde, libera los deseos más ocultos, más íntimos.

El lector se contagia de la locura de su autor y si se atreve a dejarse llevar se ve arrastrado a una historia de pasión por las letras. Pasión por la belleza. Pasión por la Luna. Una Luna que es protagonista caprichosa e inmisericorde. Bajo su yugo, bajo su influencia los destinos de los personajes se escriben con un pulso que no tiembla. Palabra escrita a fuego. Luna cómplice, misteriosa, arcana, egoísta.

Una historia tejida con precisión pero que tiene en la locura su mayor rasgo. Amor, sexo y locura. El orden de los factores no altera el… Final. Ya escrito. Después de más de una década siendo fiel lector de Ángel Utrillas me encuentro con una novela completamente inesperada, contrapunto a Libro de corazón. Una historia que embauca, enloquece y seduce con palabras que son como… Un soplo de aire cálido.

Gerardo.

Crítica de Gerardo Martín Pujante sobre «Libro de corazón»

Para un lector leer un libro es algo muy especial, en parte porque el tiempo que se le dedica hace que uno profundice más en la historia y se crea una necesidad de seguir leyendo y ver cómo se desarrollan los acontecimientos… he tenido el gusto de poder leer cada libro que has publicado y aunque han sido muy diversos en sus tramas, con todos me has atrapado. Con Libro de corazón has llegado un paso más allá, has sido capaz de conseguir tocarme la fibra de una manera que pocas veces me ha pasado.

Se me viene a la cabeza «More than words» de Extreme, una canción ochentera que me transmite el mismo feeling que Libro de corazón. Un libro que es pura emoción, que provoca un halo de empatía en el lector con cada uno de los personajes que aparecen en estas páginas, pues uno entiende y se ve reflejado en esas personajes que son todo corazón, que aman y se dejan amar. Libro de corazón es una historia de vidas cruzadas, de amor y pasión… y de seres humanos desnudos en sus sentimientos y emociones. Sin miedos. Sin límites. Con el corazón por delante. En muchas de tus historias suele haber un halo de tristeza, ese punto de amargor que a veces tienen las cerezas, en Libro de corazón también hay ese halo de tristeza en cada uno de sus protagonistas, pero en un destello de genialidad has logrado un final que ya no es que sea sorprendente y original, lo que es más importante es que permite que el corazón de cada persona pueda tener y soñar su propio final.

Y la elección de Amaral como hilo que une los capítulos me parece una gran idea, a pesar de que las cosas no hayan salido como tú deseabas, pero no te arrepientas porque Libro de corazón es un libro para disfrutar de cada página y cada párrafo porque como bien dices está escrito con el corazón. Te estoy muy agradecido por hacer este libro porque has logrado llegar al centro de la diana… al centro del corazón.

Muchas felicidades por este gran libro. Seguro que muchas personas disfrutarán de este inolvidable Libro de corazón.

Gerardo.

Críticas de Clientes de Amazon sobre «Judith y Holofernes»

Agradable sorpresa. Decidí comprarme este libro después de conocer al autor en la ciudad donde ambos residimos. Y me sorprendió muy gratamente, la trama es entretenida. De los libros que gusta seguir leyendo y que daría mucho juego para una saga por la temática que se trata.
Por Fede Martín.

Estupendo relato donde queda plasmado, a través de los personajes, el lado más oscuro.
Por A. Molina.

Un escritor desconocido pero que apunta grandes cosas espero que pueda seguir en el mundo de la literatura el libro es un poco corto pero intenso.
Por Alfonso.

Todo perfecto, envío rápido, muy bien embalado, el producto corresponde con lo publicitado, recomendable. ME GUSTÓ EL LIBRO, LO RECOMIENDO.
Por MARIANO MARTIN MARTIN.

 Me enganchó desde el principio y lo leí casi en una sentada. Lo recomiendo por su fácil lectura y la forma de atraer al lector.
Por MIGUEL ANGEL SUBIRON FERRER.

Genial escritor. Esta obra desmerece por su mala edición. Pero su autor es muy bueno. Invito a que descubráis su obra.
Por Ateca.

Crítica de María Cristóbal Sánchez sobre «El castillo del Águila»

El Castillo del Águila es mucho más que una novela amena y entretenida. En una historia adictiva, que te mantiene en vilo y con el corazón en un puño desde el principio. Es una excitante trama policíaca, un cúmulo de misterios e intrigas. Es un paseo por alguno de los más bellos rincones de nuestra geografía. Y, por si fuera poco, es también una bonita historia de amor. Es una novela para disfrutarla con los cinco sentidos y deleitarse en ella y con ella. Es inútil pretender leerla sin más porque el autor, de forma magistral, provoca constantemente la curiosidad del lector hacía un lugar, un personaje, un monumento, un cuadro,… lo que obliga a interrumpir la lectura una y otra vez para ampliar información al respecto. Realidad y ficción se entrelazan con tal sutileza que es imposible distinguir dónde acaba una y empieza la otra. El Castillo del Águila es el último regalo que la magistral pluma de Ángel Utrillas nos ofrece a sus lectores.

Gracias y mucho éxito.

Crítica de Jesús Blázquez sobre «Recuerdos de lluvia y cierzo». Sant Cugat del Vallés, 9 de Julio 2011

Estimado Ángel.

Pensarás que con los calores del verano he olvidado los “Recuerdos de lluvia y cierzo” y eso ya es imposible porque, desde que la lluvia y el cierzo se convirtieron en letra impresa en tus relatos, nunca se evaporarán con el calor del estío ni con la indiferencia del olvido. Siempre quedará el recuerdo, porque nada ni “nadie muere mientras haya un alma viva capaz de soñar su recuerdo en un desvencijado sofá de recordar recuerdos soñados”.

Permíteme que vaya expresando lo que todavía recuerdo que sentí cuando fui leyendo muy despacio cada una de las líneas que pensante, escribiste y repasarte una y mil veces como si estuvieses esculpiendo el alma de las ideas incorpóreas que pugnaban por salir de tu mente. Ahora vuelvo a releer algunas páginas que marqué con la mina de carbón de un lapicero gastado, para reencontrarme con la esencia intuida en mi primera lectura.

En los diecisiete relatos cortos de “Recuerdos de lluvia y cierzo” destaca la intensidad de las historias que cuentas. Cada relato es como una carrera de cien metros lisos en la que hay que estar muy concentrado para controlar las piernas, el corazón y la mente que tiran de un cuerpo al que sólo le faltan las alas para poder volar. No es la encorsetada mini historia del mini relato de cien palabras, donde las frases tejen los muros de su propia prisión; ni la novela donde aparecen y desaparecen infinidad de personajes tratando de mantener el interés del lector a través de varios centenares de páginas. Un relato corto es como la historia que un abuelo promete contar a su nieto y debe suscitar interés desde la primer frase hasta la última con la garantía de que tiene que acabar antes de que los párpados cierre las puertas de sus ojos, para poder pasear su historia completa por el mundo de los sueños. (Como ocurre en “La leyenda del becerro de oro”).

No sería apropiado entrar a valorar cada uno de de los relatos, cuando en la trastienda de todos ellos late el mismo impulso creador. Sé bien que van escribiéndose diferentes historias, y en el momento que se escriben surgen múltiples sentimientos que buscan la mejor forma de manifestarse; pero permíteme resaltar los aspectos que, con mayor fuerza han conseguido llamar mi atención:

Creo que ha sido un pleno acierto empezar el libro con un relato tan intenso como es “Agua”. Pocas veces las palabras escritas, en las paralelas líneas de unas cuantas hojas, han conseguido transmitir tantos sentimientos. Pocas veces se consigue contar un drama que cale tan hondo y al mismo tiempo su amargura se vea aliviada por el agua vertida que “fluirá hacia otros mares”: “Agua vertida”, “Agua”.

Destacar también la frescura de relatos como “Yasmina la adivina divina”, “Amor, vida, rutina”…

La agilidad de los relatos de corte histórico que aparecen en el libro: “Las siete puertas”, “Las torres gemelas”. Leer este tipo de historias me proporciona cierto alivio cuando acabas de leer algo más intenso.

“Recuerdo de mar y sal” (derroche de sensibilidad, y mención especial para la magnífica descripción que dan vida a los recuerdos que vas mostrando en las primeras páginas).

 Las miradas desde los trenes de la vida, de la ilusión…están muy conseguidas.

Luego está “Escríbeme el mar”, donde la sensibilidad del poeta y la ternura de una niña, consiguen perfilar un relato sencillo con todos los ingredientes propios de un poema, bañado por el agua salada del mar amargo de la vida.

Y dando un salto sin mencionar otros relatos (no obstante leídos y pensados con el mismo interés que los reseñados) me voy a escuchar la lluvia que tan cerca siento por haberse deslizado por las mismas calles que corrí durante toda mi infancia. “La otra noche oí llover” es una historia contada con los nombres reales de sus protagonistas. Nicolasa tuvo que vivir muchos años arrastrando el recuerdo traumático de una ilusión cercenada en los albores de la primavera de su vida. Lo que se prometía como el preludio de una vida feliz, se convirtió en una pesadilla constante: conversaciones interminables con el espectro de un amor que marchó una noche de lluvia entre la bruma que borraba para siempre el camino de regreso, gritos lanzados al aire con la esperanza de recibir el eco de un sonido indefinido que volviese del más allá. Tal vez en algún momento se preguntó quién se lo había arrebatado y no encontró respuesta alguna.

Conocí bien a Nicolasa. Pude ver como la soledad le acompañaba a todas partes y como se vio relegada, por la incomprensión de muchos de sus paisanos, a vivir dentro del mundo cerrado de sus fantasías.

El reconocimiento que haces a Nicolasa, puede hacerse extensible a otras muchas personas víctimas, una vez más, de la sinrazón de los irracionales seres humanos.

Todos los hornillentos deberíamos manifestar nuestro agradecimiento por la gran sensibilidad que has mostrado ante el sufrimiento de una persona tan cercana como fue Nicolasa. Es un merecido homenaje a muchas personas que se vieron privadas, de la forma más absurda, de parte de sus vidas, y fueron relegadas a la incomprensión más absoluta por sus paisanos de ambientes rurales.

Un abrazo.

Jesús.

Crítica de Ana María Arroyo sobre «La profecía del silencio»

{CAPÍTULO XLVIII  «LA PROFECÍA DEL SILENCIO» (FRAGMENTO)  

Gritos de dolor.

Durante mucho tiempo se oyeron gritos de dolor en la pequeña habitación del hospital donde Morales sufría en silencio mientras Rosa ponía a prueba la potencia de sus pulmones, más tarde prosiguieron lamentos amortiguados por la anestesia epidural y en el paritorio, luego cesaron y cuando el silencio creyó vencer al sonido y comenzó a elucubrar su profecía, el llanto de un niño rompió su hechizo y lo impregnó de vida.     

El silencio quedó impregnado de vida…}

Una servidora, que siempre se ha considerado lectora por encima de todas aquellas palabras que sea capaz de juntar, unir, enredar o simplemente escribir, se queda con este pedacito de gloria tras haber «devorado» dos novelas más que recomendables. En mi defecto o capacidad para estrujar al máximo los sentimientos y reducirlos a su mínima expresión, he aquí el párrafo que define perfectamente para mí el sentido de la historia. En el instante preciso en el que tomamos conciencia de que es una parte de nosotros mismos. Donde las voces pasadas vienen a contarnos su sufrimiento y decidimos aceptar que las injusticias aún pueden doler tras el paso de los años. Allá por los tiempos pasados y presentes (equilibradamente contados por el autor) vagan sombras doloridas y devastadas por una crueldad que ni siquiera hoy en día es capaz de desaparecer.  Sentimientos y escalofríos que no aparecen en los libros de historia más preciados. Almas de hoy, de ayer… las mismas, arrastrando los mismos esquemas, las mismas ganas de gritarle al silencio para que todo aquello que se profetice sea siempre un canto a la vida.

Nada más que deciros. La sensación más grande la guardo para mí. La amistad con Ángel es de sobra conocida por todos vosotros, pero os aseguro que en ningún momento ha subjetivado mi opinión sobre sus obras. Tan recomendables para los amantes de la historia como para los que adoran la sensibilidad de lo escrito.

 Más palabras sobrarían.

Gracias por su amistad Sr. Utrillas, por sus letras elegantes y precisas y sobre todo por aquello que reza en su dedicatoria de mi ejemplar…. por una larga amistad.

Ana María Arroyo